Anoche fue una noche especial, la última en tierras polacas.
Los tres capitanes del barco consideramos que nuestros grumetes se habían
merecido una noche así, que no olvidaran en mucho tiempo. La empezamos con una
cena conjunta con algunas maestras del colegio de Zawiercie a modo de despedida
y la continuamos en el hotel, en la suite (jeje) preparando los bocadillos del
día siguiente con ese rico jamón serrano español que nos llevamos en la maleta
por si en algún momento nos entraba el hambre y la morriña. Preparamos unos
suculentos bocadillos (nada comparables a los del bar de Jorge) de pan con
tomate y jamón y después analizamos y reflexionamos un poco sobre esta
maravillosa experiencia que seguro dejará huella en nuestras vidas. Como
símbolo de este viaje les entregamos a todos un peluche del dragón de Cracovia
para que cada vez que lo veamos recordemos todas las vivencias de este viaje.
Hemos descansado poco, había que madrugar para cerrar las
maletas y prepararnos porque el autobús nos ha venido a buscar a las 8.30 para
ir al aeropuerto. Renata e Iwona han venido a despedirnos, una vez más tan
pendientes de nosotros. En el aeropuerto, los trámites habituales, nos han
dejado pasar en “priority” para que no perdiéramos a ningún niño! Hemos hecho
escala en Milán y nos ha servido para degustar los maravillosos bocadillos de
jamón y poco después hemos cogido nuestro último vuelo con destino: Barcelona.
Tras dos horas de
vuelo y unas cuantas turbulencias hemos aterrizado en el aeropuerto del Prat,
allí nos esperaba nuestra comitiva especial: las familias de estos niños y
niñas con pancartas y cánticos de recibimiento, se notaba que nos echaban de
menos. Se agradece un momento así después de una semana fuera de casa.
De camino a Huesca hemos parado en el área de servicio de La
Panadella para compartir nuestro último momento juntos, echándonos unas risas
recordando anécdotas y situaciones especiales de este gran viaje. Esperamos que
para todos vosotros: Carmen, Jara, Ángela, Fer, Pablo y Mateo, este viaje haya
sido tan especial como para nosotros: Luis, Sito y Estela. Como ya os dijimos
anoche, que cada vez que miréis al dragón de peluche os acordéis de todo lo que
hemos vivido estos días en Polonia con esa maravillosa gente de allí y de
Hungría. Ya no somos 3 países que comparten un Comenius, ahora somos un grupo
de amigos que tiene muchas ganas de volver a encontrarse.
Y para terminar, queríamos daros las gracias a todos por seguirnos estos días: padres y madres, hermanos y hermanas, maestros del cole, alumnos y alumnas de todos los niveles, familias en general, compañeros y compañeras que nos habéis sustituido, amigos y amigas. Se agradece cuando
se está tan lejos de casa recibir comentarios de ánimo, de agradecimiento, de alegría, de fuerza. ¡¡¡¡GRACIAS A TODOS por dejarnos hacer este sueño realidad!!!!
Os esperamos a tod@s en marzo disfrutando del viaje a Hungría.